Mónica es una niña que cuando vio la Luna llena desde su casa le pidió a su papá que se la consiguiera.
Su papá cogió una escalera larga, larga, larguísima y se fue hasta la montaña más alta del mundo, subió, subió y subió hasta que llegó a la Luna. Cuando llegó vio que era demasiado grande para llevársela.
Entonces la Luna le dijo que esperase a que se hiciera más pequeña. Poco a poco la Luna se fue haciendo pequeña y cuando tuvo un tamaño adecuado, la cogió y se la llevo a Mónica.
Mónica jugó con la Luna que continuaba haciéndose pequeña hasta que desapareció.
Un día que Mónica se asomó a su ventana vio que en el cielo había un trocito muy pequeño de Luna. Cada día se asomaba a la ventana y veía como la Luna iba creciendo, creciendo creciendo hasta que volvió a hacerse enorme. Mónica se puso muy contenta al ver que la Luna no había desaparecido para siempre.
¡¡¡¡ANA, TU CUENTO NOS HA GUSTADO MUCHO!!!
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